EL
CASTIGO DEL BUEN ALONZO
Ese día me aislé de todos. No podía manejar los hechos
recientes, estuve ausente mentalmente de la clase de teología fundamental II.
Patty y Gaby no dejaban de mirarme asustadas pero no se atrevieron a decir ni
media palabra. A lo lejos Anthony
también me observaba detenidamente, empezaba a sentirme acosada.
Debí imaginar que Alonzo no asistiría a clases hoy. Aun
así tenía la estúpida idea que todo sucedería como un día normal: saldría al
receso con mis amigas, él y los Ankh harían su ronda normal por la escuela, lo
vería, le daría una discreta sonrisa y regresaría todo a la normalidad. Pero no
fue así.
El receso estuvo lleno de cuchicheos de parte de los
estudiantes, decidí enterarme qué pasaba.
—Como te lo digo, Alonzo Moretti perdió la compostura
en la reunión de la sociedad de alumnos. ¡Nunca se le había visto tan molesto!— le contaba una chica a su amiga
—Rumorean que lo llevaran a la sala oscura, ya que se
reveló ante las jerarquías de Blackmount— agregó otra que se les unió
—¡Pobrecillo! ¿Qué le habrá pasado?— preguntó la más
joven del grupo
—Aún enojado no deja de ser guapo— mencionó la primera
Me retiré antes de seguir escuchando palabras que para
mí eran golpes directos a mi corazón y a mi conciencia. Alonzo estaba perdiendo
el control, era un hecho. Ahora lo llevarían a la sala oscura por mi culpa, ese
es el lugar de tortura para los ángeles rebeldes. ¡Cuantas veces él me ha
salvado de caer ahí!, pobre Alonzo, ¡No
merece esto!
—¡Hey! — una voz me despertó del trance culposo
Anthony.
Me hizo una seña para que lo siguiera, así lo hice.
Terminamos encerrados en el cuarto del
conserje en medio de escobas y trapeadores. Encendió la bombilla, esta oscilaba
sobre nuestras cabezas haciéndome sentir un tanto desorientada. Anthony me miró a los ojos y preguntó.
—Explícame ¿Qué tienes que ver con la furia de
Moretti?—
Había demostrado ser de confianza al no contar el incidente
de la otra noche, así que decidí tenerlo como aliado.
—Thony, las cosas entre Alonzo y yo son complicadas. Por
ahora sólo puedo pedir tu ayuda, ¿Es cierto que lo encerrarán en la sala
oscura?— pregunté
Asintió con la cabeza
—Sólo dime qué debo hacer. Te ayudaré— agregó
—Tendremos que turnarnos para llevarle comida— dije
—Bien, lo haré. Tengo un duplicado de la llave del
candado del refri' — dijo
—¿Le pusieron un candado?— pregunté sorprendida
—Sammy, se nota demasiado que has dejado tus rondas
nocturnas. No sé bien en qué andas pero ¿Quién soy yo para juzgarte? Sólo me
queda ayudarte y lo haré complacido— dijo
—Gracias— murmuré
Salimos de la estancia intentando pasar desapercibidos.
Aún no aceptaba el hecho que Alonzo termine en ese
lugar por mi culpa. Pero lo peor estaba
por venir. Humillación pública.
Dos corpulentos guardias jalaban a Alonzo como si
fuera un criminal en medio del alumnado. Me quedé helada al verlo tan
maltrecho, jamás hubiera deseado verlo así. Me invadió una total desesperación
por hacer que estuviera bien, que todo esto pasara. Quería llorar, pero no era
el momento, no ante todos.
Mi móvil vibró en mi bolsillo. Un mensaje.
"¿Todo
O.K nena?"
No era momento para responderle a Carsten, sólo quería
seguir a Alonzo y descubrir dónde diablos quedaba la famosa "sala oscura."
Seguí a los guardias sigilosamente. Sacaron a Alonzo
por el patio y lo condujeron por una senda oculta tras los arbustos. Había una compuerta empotrada al suelo, al
abrirla semejaba un pozo cualquiera a diferencia que el bajar por los escalones
metálicos se encontraba una salida que dirigía a un túnel subterráneo. Los
guardias junto a Alonzo entraron ahí. Los seguí. El lugar era frígido, sombrío y lleno de celdas
unitarias. Empujaron a Alonzo dentro de una de ellas.
—Siempre supe que un plebeyo no debía pertenecer a la
sociedad de alumnos— dijo el guardia moreno
Ambos hombres rieron grotescamente. Cerraron la puerta
de la celda con un grueso y enorme candado. Me oculté dentro de una celda
abierta esperando no ser encontrada. Los hombres salieron, continuaban riendo entre ellos. Salí del escondite
improvisado y me dirigí a la celda de Alonzo, era la última de la fila de la
derecha.
Me acerqué y pude oírlo llorar con rabia. La celda
estaba completamente cerrada, no tenía barrotes, ventanas, nada. Debía estar
atrapado en la más completa oscuridad.
—Alonzo, escúchame— dije
No obtuve respuesta alguna. Sospeché que no quería
hablarme.
—Voy a sacarte de aquí a como dé lugar. Te lo juro—le
dije
Di media vuelta para salir de la sala oscura. Pero al
llegar al área de salida noté que la
compuerta estaba atrancada por fuera.
¡Maldición!
No me quedaría de otra que pedir refuerzos. Escribí un
texto para Anthony.
"Échame
una mano, encontré la entrada a la sala oscura. Estoy atrapada, busca la
compuerta, está en el bosque"
Al instante la puerta empezó a moverse con brusquedad,
no podría ser Anthony tan pronto. Me escondí nuevamente, llena de miedo. La
puerta se abrió, las bisagras chirriaron estruendosamente.
—Sam, ¿dónde estás?— pude oír una voz temerosa, sabía
quién era.
— ¡Anthony, casi me matas del susto!— dije saliendo de
mi escondite
Observó el lugar en su inmensidad.
—Sí que está feo— opinó mientras echaba un vistazo a
la celda de la que salí
—¿Puedes intentar? parece que Alonzo a mí no quiere
hablarme
—Está bien— dijo caminando por el pasillo
Me dirigió una mirada para interrogar cuál de todas
era la celda de Alonzo.
—Es la última de la derecha— le dije
Anthony se acercó a la puerta de la celda.
—Alonzo, ¿Me escuchas? Soy Anthony, responde— dijo
Pero no hubo respuesta.
Mi ahora cómplice empezó a examinar las paredes de la
celda con detenimiento, tocando cada centímetro con sus largos dedos.
—Ya entiendo—
dijo al concluir su examen
—¿Qué?
—Al parecer la celda está hecha de un material que
deja salir mas no entrar los sonidos. Podemos escuchar a Alonzo, pero el no a
nosotros
—¿Y sabes si ese material impide la salida o entrada
de… poderes? — pregunté
—¿Interesa?— dijo mirándome con sarcasmo
—No, sólo es curiosidad— respondí bajando la mirada
—Anda, confía en mí. Algo ocultas
—Está bien, Alonzo y yo tenemos algunos poderes bajo
la manga— solté al fin
Se quedó pensando.
—Ya veo, no soy el único— dijo
—¡Qué!
—Yo también tengo un poder— respondió
Un ruido interrumpió nuestra conversación, no venía de
la celda de Alonzo, venía de afuera. ¡Alguien se acercaba! Miré a Thony con
desesperación.
—Toma mi mano— dijo
La apreté con fuerza y el ruido se detuvo.
—Salgamos de aquí— agregó
Me quedé sorprendida al ver a los guardias congelados
en la senda que llevaba a la zona de la sala oscura. Parecía la escena de una
película de ficción, había escuchado de esto, pero no creía que fuera posible.
—Cronoquinesis,
puedes detener el tiempo— dije en voz alta
—Así es, pero no puedo controlarlo por mucho. Tenemos
que irnos ya—
Cerró la entrada a rápidamente, tomó mi mano y me
obligó a correr a su altura para escondernos tras unos arbustos lejanos. Sólo
por curiosidad observé mi reloj, el segundero estaba tieso.
—No durará por mucho— dijo mi acompañante mientras
miraba a hurtadillas a los guardias
No dejaba de sorprenderme, Alonzo y yo no somos los
únicos con poderes dentro de Blackmount. Thony se concentró al máximo y los
guardias se movieron nuevamente. Como si nada abrieron la compuerta y entraron
a la sala oscura. Jamás notaron nuestra presencia. Todo volvió a la normalidad.
Miré a Anthony fijamente intentando preguntarle por qué
me había ocultado su poder todo este tiempo.
—Sam, no soy el único con secretos. No te dije nada de
esto antes, porque no sabía cómo lo tomarías — dijo
—Bueno. Ahora que somos sinceros. Resulta que a veces
tengo visiones, pero aún no puedo comprenderlo ni controlarlo
—¡Qué interesante! ¿Y qué se supone que puede hacer
Alonzo?
—Invisibilidad, leer la mente… no sé si habrá algo más
que no me ha dicho
—Vamos, debemos volver a las aulas
Anthony parecía muy calmado respecto al tema de los
poderes yo era la única inquietada.
—Te lo tomas con calma, no te sorprende— le dije
—Sabes, sospecho que no somos los únicos con poderes
aquí dentro. Eso de que sólo los
arcángeles los poseen me parece una teoría sin comprobar— dijo
Una presencia desagradable apareció estorbando nuestro
andar.
—Sam, ¡Tanto alboroto te tuvo desaparecida!— dijo
Arnold burlonamente
Anthony lo fulminó con la mirada.
—Arnold, ¡Desaparece!— ordenó mirándolo con odio
—¿Qué pasa primo? ¿Esta pequeña zorra te puso en
contra de tu familia?
Anthony se abalanzó sobre él lanzándolo al suelo.
—¡Discúlpate de
inmediato!— dijo con furia Thony
—¿Desde cuando alguien tiene que disculparse por ser
honesto?— gritó Arnold
Thony no controló su ira, levantó a Arnold y lo empujó
con todas sus fuerzas contra un árbol.
—Maldito cretino— farfulló entre dientes
Nos alejamos unos cuantos pasos, Thony aún estaba
hinchado de ira.
—Tranquilo, estoy acostumbrada a las estupideces de
Arnold. Pero, ¿Cómo que es tu primo?—
pregunté
—Esa es otra historia. Creo que vienen por ti, te dejo—
dijo antes de dar media vuelta para dirigirse a la cafetería
Patty y Gaby venían en mi dirección.
—¡Sam! ¿Sabes qué le pasó a Alonzo?— preguntó la
primera
—Sí, pero no es un tema que me guste recordar— dije
—Ven, vamos a nuestra habitación. La escuela está muy
agitada por el incidente, suspendieron las labores— agregó Gaby
—Genial, un momento de paz me caería muy bien— dije
Nos dirigimos en silencio a nuestro cuarto, la escuela
estaba en caos total.
La escena que vino a continuación terminó de partirme
el corazón. Los padres de Alonzo lloraban en la recepción implorando compasión
para su hijo. Hice un gesto con las manos para que las chicas detuvieran el
andar y escuchemos algo de lo que hablaban.
—Pero director, Alonzo siempre ha dado un buen ejemplo
a sus compañeros. Siempre llevó con honor su cargo en la sociedad de alumnos,
no entiendo por qué ahora le hacen esto— decía entre lágrimas la madre de
Alonzo
Mis amigas me jalaron a la fuerza para evitar que siga
escuchando. Al llegar a nuestro cuarto me fue inevitable llorar. Me quebré ante
Patty y Gaby. Ambas me abrazaron y me ayudaron a sentarme sobre mi cama. No podía con todo esto, no podía soportar la
idea de ser la culpable de todas las desgracias que le estaban pasando a Alonzo
¡El chico a quien amé todo este tiempo estaba pasando el peor momento de su
vida por mi culpa!
Me pasé el resto del día recostada sobre mi cama. Y de
tanto pensar y pensar una idea llegó a mi cabeza, una idea que parecía muy
buena y muy arriesgada a la vez. Debería ayudar a Alonzo a como dé lugar, y
esta idea era lo mejor que se me había podido ocurrir. Pasara lo que pasara era
la mejor opción por ahora.
me encantan tus historias sobre todo de el diario de meg....¿tienes otras?
ResponderEliminarSi! E año publicaré mas novelas en wattpad.com por favor buscame ahi como Mayte12
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