CARSTEN
"Todo
estaba igual, seguía siendo yo sumergido en una inmensa soledad, en la más
densa oscuridad hasta que apareciste tú, cambiando todo lo que alguna vez di
por sentado y todo lo que jamás imaginé sentir”
MEMORIAS
DE CARSTEN
AMENAZAS
—¿Así que te creéis el más fuerte?— dijo aquel tipo
con su peculiar dejo español, ridículo e insoportable para mí
—¿Acaso no lo soy? ¿Sabes con quién estás hablando?—
dije muy fiado de mí.
—No me importa quien seáis, pagarás muy caro la muerte
de Serena, ¿Creísteis que se quedaría
todo así? ¿Cómo si nada?, Aquí estoy yo,
y no pararé hasta verte sufrir y pedir clemencia—
—¿Tal como lo hizo ella?— pregunté sabiendo que mis
palabras le dolerían en lo más profundo
Pude ver sus ojos cargados de ira, apretó las manos
para intentar reprimir la furia
—¡Hubieras visto todo! Se puso de rodillas, lloró, me
decía: "Carsten, no me mates por favor, seré buena. Te lo prometo"—
dije imitando la ridícula voz de Serena
—¡Cállate!— rugió Conrado dejando que la ira se
apodere de el al fin
Intentó propinarme un golpe, pero no pudo. Usé mis
poderes para detener su mano en el aire. Me miró confundido. Le dediqué una
sonrisa cargada de maldad.
—No puedes hacerme nada— dije
No era necesario desatarme de la silla a la que estaba
amarrado para detenerle, podía hacerlo sólo con la mirada.
Henrrietta, la chica que estaba atrás de Conrado, se
encogió disimuladamente. Tenía miedo, me tenía miedo y no lo podía ocultar.
—Conrado. Vamos, olvida esto, lo haremos de otra forma—
dijo
Su aspecto Emo la hacía el par perfecto—ridículo al
lado de Conrado que vestía un tonto traje estilo Frac.
—¡Basta de juegos!— dije
Concentré mis fuerzas y destruí las sogas con las que
estaba amarrado a la silla. Mis secuestradores me miraron incrédulos.
—Bueno, ya debo irme— dije poniéndome de pie
—¡No vais a ningún lado!— gritó Conrado amenazándome
con una navaja
Sonreí, dejé salir mis alas.
—¿En serio quieres pelear contra mí?— pregunté
Conrado retrocedió unos pasos.
—Perfecto, debo irme— agregué al ver su miedo
Me dirigí a la puerta. Mis agudos sentidos me indicaron
que me hiciera hacia un lado.
La navaja de Conrado pasó por mi izquierda creando un
suave silbido al cortar sólo el aire; quedó clavada en un cuadro.
—Mejora tu puntería para la próxima— dije
Al fin abandoné el lugar, guardé mis alas.
La estancia estaba bastante alejada de las residencias
estudiantiles, casi cercana a las caballerizas.
Caminé hacia la puerta trasera de la escuela.
Matthew estaba
de pie ahí. Reconocí su larga y castaña cabellera a la media luz de la noche.
—Carsten, ¿Dónde andabas?—
—Secuestro repentino— respondí molesto
—Ja, ja, como si fuera obstáculo para ti
Sonreí con malicia.
—Sólo decidí jugar un poco más
—¿Quieres echarte unas copas?— dijo mostrándome una
pequeña botella que tenía oculta bajo su chaqueta.
—¡No, Matty, ahora no! Necesito estar sobrio, además
sabes lo mucho que odio tus licores baratos—
Se encogió de hombros.
—Tú te lo pierdes ¡Y no son baratos!— dijo él tomando
otro sorbo de la botella
Miré a mi primo.
—Sabes, nunca en mi vida había sentido algo así. Tengo
miedo— dije
Matthew se puso serio, guardó la botella.
—¿Qué sucede?—
preguntó
—Temo por Sam,
no por mí. Me vale lo que suceda conmigo, Sam es mi única preocupación. Tengo
un mal presentimiento de como acabe todo esto—
—C, estoy para ayudarte. Te ayudé con el secuestro de
Serena, y te ayudaré a salir de esto también. ¿Qué piensas hacer?—
—Estaré lejos un tiempo, tengo que alejar a Conrado de
Sam—
—Bien. Yo la cuidaré en tu ausencia, si eso te hace
feliz—
—Claro que me hace feliz, el segundo demonio más
fuerte de esta escuela custodiando a mi chica, ¿Cómo podría no estar calmado?—
Sonrió.
—Aunque aún tengo mis dudas sobre lo que haré, no sé
si irme solo o llevar a Sam conmigo—
—Carsten, no pongas en peligro a Sam por el caso de
Serena—
—Me la tengo que pensar muy bien— respondí
—Te dejo, Logan tendrá una mini fiesta en su
habitación, no creo que quieras ir—
—No Matty, hoy no estoy de humor. Además no creo que
sea bien recibido en esa fiesta—
—¡Si supieran que yo te ayudé a matar a Serena tampoco
me dejarían entrar!— dijo entre risas
Sonreí un poco.
Matty desapareció por el pasillo contrario para ir al
cuarto de Logan, el estúpido niño rico y popular ¿Por qué no me invitó a su fiesta? ¡Al
diablo, tampoco quería ir!
Caminé hacia mi habitación por los inmensos y frígidos
pasillos. Al llegar intenté abrir la puerta, pero algo me quemó las suelas de
las zapatillas hasta la planta de los pies.
—¡Mierda!— rugí dando un salto hacia atrás
Algún imbécil había hecho una línea de sal en la
puerta de mi habitación.
Eric abrió de inmediato.
—C, ¡Qué demonios!— dijo al ver la sustancia
"nociva"
—Anda, trae la aspiradora y deshazte de esto— le
ordené
En seguida Eric trajo lo que le pedí, con muchísimo
cuidado limpió todo rastro de sal y al fin pude ingresar a mi habitación.
—No cabe duda, la escuela te odia— dijo
—Me vale. Ya tengo una vida resuelta con Samantha,
pero primero tengo que salir de este lío. ¡Maldita sea la hora en la que se me
fue la mano con Serena!—
—C, te entiendo, en un momento así es difícil
controlar la adrenalina, peor en tu caso—
—Sólo quería matarla, destrozar su cuerpo pedazo por
pedazo, mutilarla, sacarle los ojos…—
—¡No sigas, me estás asqueando!— replicó él haciendo
una mueca que mostraba repulsión
—Está bien, no diré nada—
—¿Entonces qué harás?—
—Desaparecer un tiempo, borrar mi rastro y si es
necesario acabar con Conrado y su aliada. Pero tienen que estar lejos de Sam,
si llegan a tocarle un cabello no sé de lo que soy capaz—
—¿Qué harás con ella?—
—Sam estará bien si sigue dentro de su escuela, si se
le ocurre salir… cualquier cosa puede pasarle. Estaría propensa a algún ataque
de Conrado—
—Al menos eres afortunado, Serena era una pobre
huérfana sin nadie que reclame por ella, si no estarías en un lío mayor—
—Sin embargo el inepto de Conrado está metiendo las
narices más de lo que debe—
La noche envolvía
a Whitemount con su manto oscuro. Eric estaba tendido sobre su cama con
los audífonos puestos, escuchando la música de su Ipod mientras leía alguna de
sus revistas de videojuegos. Un pequeño haz de luz iluminaba el rostro de La
Santa Muerte frente a mí.
Señora, ¿Qué debería hacer? , le pregunté en mis
adentros.
No pude recibir respuesta alguna en ese momento, tal
vez no estaba lo suficientemente concentrado.
me encanta! Carsten es tan sexy!! wau!
ResponderEliminarla perspectiva de Carsten!!! ... me gusta!
ResponderEliminarme imagino en como mató a Serena y me cosos en la panza!!!! asdfasdfasdf
jaja siii genial ver las cosas desde su punto de vista no??
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